Es una de esas cosas que de verdad no te esperas que pase, y cuando pasa estás asustado, se te cae el mundo, pero no por lo que va a ser, sino por lo que van a decir.
Esto fue lo que más me afectó emocionalmente al principio de mi embarazo. Estaba asustada de que iban a decir las personas de mí, mi familia, mis amigos, mis compañeros… porque siempre vi el embarazo en jóvenes como algo que nunca ha sido socialmente aceptado.
La verdad nunca estuve triste de la situación , ya que un bebé siempre trae alegría para todos. Sin embargo, no me sentía lista para este gran cambio en mi vida. La verdad creo que uno nunca lo está al 100%.
Afortunadamente, durante mi embarazo siempre tuve el apoyo incondicional de mis amigos y mi familia. Desde el primer momento en el que les conté la noticia, la gente me escribía a decir que todo iba a salir perfecto y que estaban muy felices por mí.
Pero igual no me gustaba enseñar mi barriga, no me gustaba salir a lugares públicos, en la universidad pasaba con chompas o sacos. Hasta que un día dije… ¿Qué está mal? ¿Por qué me sentía mal?
Desde ese momento empecé a darme cuenta de que el problema no era mío, el problema era de las personas que criticaban, de las personas que veían feo, de las personas que hablan sin saber. Ahí me di cuenta que todavía tenemos un problema. Vivimos en una época llena de cambios, vivimos a un click del conocimiento absoluto, teléfonos inteligentes en nuestros bolsillos, la sexualidad femenina es cada vez más abierta, diferentes países empezaron a aceptar drogas, hombres que ahora son mujeres y al revés, ¿Y todavía vemos mal a una mujer embarazada si es joven?
Cuando nació mi hija fue el día más feliz de mi vida, pero al mismo tiempo estaba asustada. Desde ese momento mi hija estaba ahí, iba a ser mi responsabilidad para el resto de mi vida. Ese miedo se fue desvaneciendo en el momento en el que la vi y me olvidé de todos los problemas. Me olvidé del qué dirán, de la gente que me vio mal y me criticó. Lo único que importaba, era ella.
Y esa es la mejor sensación que una mamá puede sentir, tenga la edad que tenga.
Conocí a un grupo de mujeres que al igual que yo, son mamás jovenes y me di cuenta que no estaba sola en esto. Ellas se convirtieron en un gran apoyo y me ayudaron a entender que una mamá joven tiene las mismas preocupaciones, dudas y miedos que cualquiera. Me di cuenta que no solo le enseñas cosas a un bebé, sino también él te enseña a ti, y aprendes mucho. Te enseña lo que es el amor más puro e incondicional, lo que es el sacrificio, lo que es apreciar las cosas pequeñas de la vida, y todo esto, desde el primer día que sabes que está en tu barriga.
En fin, una de las cosas que queremos lograr con este blog y toda esta hermosa iniciativa es que las mamás jovenes dejemos de ser un tabú en la sociedad y nunca más nos sintamos mal. Que nos sintamos tan mamás como todas, porque lo somos, y que nunca dudemos de lo que somos capaces de hacer, no solo como mamás, si no como MUJERES.
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