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Alimentación en bebés

Foto del escritor: First Time MamasFirst Time Mamas


Cuando se trata de la alimentación de los bebés nos encontramos rodeados de mitos que se han ido acumulando a lo largo de generaciones, madres, abuelas, primas, tías… todas tan entusiastas con sus consejos que ya no sabemos por donde empezar o a quién escuchar.

Lo cierto es que las cosas si han cambiado con los años, cada vez tenemos más recursos para comprender mejor cada reacción bioquímica del cuerpo y saber el contenido de cada alimento con más precisión.


¿Cómo y cuándo iniciar?


Una vez comenzando la alimentación complementaria, el bebé no beberá tanta leche materna o de tarro como antes, y los alimentos que serán introducidos tendrán gran importancia. Más o menos se recomienda el aporte de 500 ml al día de leche materna o de tarro, pero eso variará según cada bebé y lo que acostumbre a comer.  

La diversificación de alimentación no debería darse antes de los cuatro meses y no después de los seis, se recomendaría iniciar con papillas de cereales que son fáciles de digerir y el bebé ya tiene su sistema gastrointestinal preparado para hacerlo. Es importante procurar estos cereales sean predigeridas (papilla bien molida) y sin azúcares añadidos. De igual manera, al encontrarnos con algunos bebés intolerantes al gluten, debemos hacer la introducción de los cereales a la dieta antes del séptimo mes para que así el bebé pueda desarrollar las enzimas necesarias que se usan para digerir el gluten.


Es fundamental que la primera vez que se introduce un alimento, se haga en cantidades muy pequeñas. De una a dos cucharaditas y luego esperar a la primera deposición después de ésta para determinar si es bien tolerada. Se recomienda probar el primer alimento durante al menos 3 días y el período ideal para volver a darle el mismo alimento y comprobar su tolerancia es de 8-14 días. También debemos asegurarnos que los alimentos no produzca ninguna reacción alérgica a simple vista. Es una buena idea preparar las papillas con leche materna y así aportar más nutrientes al lactante. Cuando hablamos del aporte proteico necesario, se podrían mezclar varios cereales para conseguir proteínas completas (como las de procedencia animal). Se recomienda cereales integrales, pero también debe haber un equilibro con los no integrales (de un 50/50) para alimentar a las bacterias buenas del colon sin causar diarreas en el niño.


Frutas

Las frutas serían otro alimento que se sugiere comenzar a introducir después de los cinco meses, se inicia también dando una cucharadita en forma de jugo para evaluar la tolerancia y determinar que no presente alergias. No es recomendable administrar jugos en biberones debido a que se puede desarrollar costumbre a lo dulce y al azúcar lo cual no es ideal; ya que el azúcar blanco/de mesa no es recomendado introducir hasta al menos el primer año. Es recomendable retrasar las frutas cítricas un poco más, ( hasta al rededor de los once meses) debido a que los bebés presentan mayor acidez en su estómago que los adultos de manera natural y esto podría ocasionarlas la incorrecta absorción de vitaminas y minerales; en casos extremos una úlcera. Sin embargo, pueden introducirse como ingrediente o aderezo de una comida en cantidades reducidas sin ningún problema.


Verduras



Las verduras se recomiendan a partir de los seis meses en forma de puré o cocinadas en BLW, pero evitando hasta los ocho meses la espinaca, col, y remolacha. Para un aprovechamiento óptimo de las vitaminas y minerales que presentan las verduras y vegetales, es recomendable que se hagan al vapor. La sal no es recomendada hasta el primer año de vida.


Proteína




Las verduras se pueden mezclar con diferentes proteínas animales como pollo, que debe ser el primero en introducir de las carnes, seguido por el cerdo, y al final la res. El aporte de carnes es de más o menos 1-2 onzas al día. La introducción del pescado y mariscos debe postergarse casi hasta los nueve meses, debido a que presenta alto contenido de alérgenos comunes en niños, y se debe introducir con mucho cuidado.

El huevo, es un gran alimento que se ha debatido mucho sobre cuando introducirlo a la dieta de los bebés por ser un frecuente alérgeno. Por eso se recomienda introducirlo comenzando por la yema cocida que se puede mezclar con puré. La clara se dará se recomienda introducir a partir de los once meses y bien cocida, así disminuimos las posibilidades de desarrollar alergia. Sin embargo, si al introducirlo el niño no presenta alergias, se puede administrar sin problema.


Granos y legumbres



Los granos/legumbres se introducen usualmente en el último trimestre antes del año, siempre bien lavados y cocinados, puede ser en puré. Si se combina con algún cereal encontramos proteínas completas, eso significa que contiene todos los aminoácidos esenciales lo cual las proteínas de procedencia vegetal no suelen tener. Se recomienda de 1-2 cucharadas al día.


Lácteos



La leche de vaca entera no es recomendada hasta el año debido a que puede interferir con el aprovechamiento de hierro de los alimentos y la leche materna provocando anemia ferropénica. Hay leche fermentada de vaca que se recomienda a partir de los 8-9 meses de vida, pero se debe usar con discreción y no abusar. Se recomienda no introducir ningún derivado lácteo entrará en la dieta en ninguna de sus formas hasta el primer año tampoco. Sin embargo, en muchos casos se puede administrar quesos bajos en grasa y pasteurizados como el cottage o el queso fresco, a partir de los 9 meses. De igual manera con el yogurt griego, que también es una alta fuente de proteína, calcio, yodo, probióticos y vitamina B12.


Agua




El agua es de vital importancia en el periodo de lactante tanto como en infantes. Los bebés no tienen bien desarrollado el reflejo de sed como los adultos, y por eso es vital controlar la administración de fluidos para evitar deshidrataciones. El agua también aportará minerales fundamentales para este período de la vida en pequeñas cantidades justo como los bebés necesitan.


Alimentos Alergénicos



Hablando puntualmente de alimentos alergénicos tales como el maní, se ha demostrado que su introducción después de los once meses (tampoco mucho después), ayuda a no desarrollar alergia ante el mismo. Es similar con el huevo, si lo introducimos muy tarde el niño es más propenso a desarrollar alergia o intolerancia. Como conclusión de esto podemos decir que contrario a lo que se piensa, la introducción de alimentos alergénicos a edades muy tardías podría causar intolerancias. Cada alimento tiene su tiempo de recomendación para que el bebé pueda desarrollar su sistema inmune adecuadamente y no padecer alergias posteriormente.


A pesar de todas estas pautas, no se debe introducir ningún alimento en la dieta del lactante sin aprobación previa de su pediatra, no se debe forzar al niño y tampoco se debe olvidar que el rechazo inicial no es definitivo, el cambio de sabores requiere varios intentos. Sobre todo, hacer la hora de la comida algo divertido y no olvidar que los hábitos alimenticios creados en la infancia son para toda la vida, y los niños y bebés aprenden al observar y comerán lo que vean comer a sus padres.



Este artículo fue escrito por Paula Jarrin, estudiante de tercer año de Nutrición en la Universidad Católica de Murcia, España.



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