Te ves diferente, diferente a lo que imaginé. Diferente a lo que me prometieron en las propagandas y diferente a cómo se ven las mamás en las portadas de las revistas. Diferente a cómo eras hace un instante y muy diferente a cómo eras hace meses.
Tal vez no te ves como imaginé, pero no me molesta ni te desprecio.
Todo lo contrario, te valoro muchísimo.
Estoy eternamente agradecida contigo, acabas de hacer algo increíble. Creaste desde cero a un bebé, a mi pequeña bebé. Pasaste por cambios drásticos. Tuviste náuseas, tuviste hambre y estuviste cansado. Tuviste mucho dolor y largas noches sin dormir.
Pero no te rendiste.
Fuiste valiente y lo hiciste.
La acogiste y le diste todo lo que necesitaba. Cuando tuvo hambre le diste de comer, la abrigaste cuando tuvo frío y la cuidaste de todo mal hasta que estuvo lista para salir.
Así como la recibiste con tanto amor, cuando fue momento la dejaste ir y me la entregaste. Aún tibia del calor que le proveíste, simplemente perfecta.
Querido cuerpo post parto, te ves diferente. Te ves más hermoso que nunca. Tienes cicatrices en forma de raíz y también un poco de piel de más, de todo el amor que acogiste dentro de ti.
Prometo ser gentil contigo. No agobiarme cuando te vea en el reflejo del espejo ni preguntarme cuánto tardarás en cambiar de nuevo. Apreciar cada momento que tengamos juntos, recordar todo lo que me has dado y agradecerte. Toda una vida gastaré agradeciéndote, porque me haz dado el regalo más grande y especial.
Déjame devolverte todo ese amor, dándote un poco a ti❤️
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