No cabe menor duda que la lactancia es un regalo de la naturaleza, y el regalo más precioso que tú como mamá puedes darle a tu bebé. Nos ayuda a fortalecer aún más el lazo inquebrantable de amor con nuestros bebés y es un momento íntimo e invaluable de los dos.
Tampoco está a discusión, que no siempre se da de manera natural al primer intento o es tan fácil como para lograrlo a la primera. Para muchas mujeres la lactancia produce angustia y miedo. En gran parte por los mitos e incertidumbre que nos rodean en nuestro círculo social, historias de otras mujeres, familiares, etc.
Por eso, quiero compartir contigo esta lista de consejos que me ayudaron a llevar mi lactancia materna de la manera más relajada y armoniosa posible.
1. Asegúrate de contar con apoyo de tu familia y amigos.
La hora de dar de lactar se puede convertir en un reto, especialmente los primeros días cuando tú y tu bebé están intentando descubrirlo juntos. Formar una red de apoyo puede ser una herramienta salvavidas, para que te provean de ánimo, fuerzas y tranquilidad cuando tengas días o momentos difíciles.
2. Convéncete que puedes hacerlo.
De los mejores consejos que recibí, es confiar en mí misma. Llénate de ánimos, valor y repítete una y otra vez que ningún obstáculo te detendrá.
3. Crea un ambiente tranquilo y agradable para dar de lactar.
Especialmente si estás en casa, aprovecha para hacer de este tu momento especial con tu bebé. Pon un poco de música o un sonido relajante, prende una vela con un olor suave y disfruta del momento.
4. Mira la lactancia como tu aliada.
Todas estamos de acuerdo en que la leche materna es la mejor opción para alimentar a tu bebé . Especialmente en sus primeros meses de vida. Es por esto que más que una carga, debes verla como un punto a tu favor. Tienes la posibilidad de ofrecerle la mejor alimentación posible a tu bebé al alcance de tu propio cuerpo. Siempre que te sea posible, hazlo.
5. Prepara tu cuerpo físicamente.
Es importante preparar tus pezones para la succión del bebé. Lo puedes hacer cada vez que te acuerdes, masajeándolos con aceite natural y estirándolos gentilmente. Esto ayudará a que empiecen a salir poco a poco, y así cuando tu bebé coma, se le hará más fácil.
6. Lanolina.
Un gran impedimento para lograr una lactancia exitosa, es que duela. Y los pezones agrietados o irritados son la expresión de eso. Puedes usar un ungüento protector como lanolina para proteger tus pezones y aplicarlo antes y después de dar de lactar.
7. Asegúrate de tener todos los implementos necesarios.
Hay miles de compras que te recomiendan hacer para la lactancia. Dentro de estos artículos, los que realmente usé y considero necesarios son: brasieres de lactancia cómodos (preferiblemente de algodón), extractor de leche manual o eléctrico (el eléctrico se ganó todo mi respeto), camisetas o ropa apropiadas para amamantar (que no signifique que cada vez que tu bebé tenga que comer tu atuendo se desbarate completamente), ungüento de lanolina y muuuuuuuchos litros de agua (¡te va a dar mucha sed!).
8. Come bien y mantente hidratada SIEMPRE.
Si bien existen muchos mitos sobre ciertos alimentos que producen más leche que otros, ¡cada cuerpo es distinto! Lo que no está a discusión, mientras más hidratada estés, más leche tendrás. Así que procura tomar mucha agua y líquidos a lo largo del día.
9. Encuentra la posición más cómoda para ti y tu bebé.
Si te funciona dar de lactar de pie, sentada con 20 almohadas o acostada de lado con tu bebé en frente, ¡hazlo! La lactancia es un momento para disfrutar y estar relajados. Sobretodo cómodo.
10. Confía en ti misma.
Nadie conoce mejor a su bebé que mamá y nadie conoce más a mamá que tú. Escúchate, confía en tus instinto y siempre pon tu opinión primero. Muchas veces la alimentación de un bebé se confunde con ser de opinión pública. Infórmate mucho, lee y ponte firme en tus decisiones. Si tú sientes que tu bebé se llena con tu leche y no le hace falta un tetero, seguramente es porque lo hace. Si tú crees que no necesita un tetero para dormir, es porque es así.
11. ¡Date mucho amor!
Tu cuerpo está haciendo algo maravilloso, que trae increíbles resultados pero nadie ha dicho que es trabajo fácil. Todo lo contrario, es sumamente sacrificado. Mímate y descansa, pide ayuda cuando lo necesites y recuerda que no estás sola en esto.
Aprovecha cada momento. Así al principio pienses que tienes unos largos meses de lactancia por delante, pasa ¡muy rápido! En un abrir y cerrar de ojos, tu bebé empezará la alimentación complementaria y poco a poco el destete.
Atesora cada minuto❤️
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